lunes, 28 de octubre de 2013

El Lazarillo de Tormes


La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades es una novela española anónima, escrita en primera persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuya edición más antigua data de 1554.  En ella se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes.

Lee el texto de Lazarillo y contesta:
  • 1.    ¿De dónde salieron Lázaro y el ciego? ¿Hacia dónde fueron?
  • 2.   ¿Qué decía el ciego de la gente de Toledo?
  • 3.   ¿Qué les regaló un vendimiador?
  • 4.   ¿Qué le propuso el ciego a Lázaro?
  • 5.   ¿Qué hacía el ciego? ¿Y qué hizo Lázaro después?
  • 6.   ¿Qué le dijo el ciego a Lázaro al final?
  • 7.   Haz un cómic de 5 viñetas acerca del texto.

Cuando salimos de Salamanca, decidió venir a tierra de Toledo. Porque decía que la gente era más rica, aunque no muy limosnera. Se acogía a este refrán: "Más da el duro que el desnudo" [...] Acaeció que, llegando a un lugar que llaman Almorox, al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo dellas en limosna.
Acordó de hacer un banquete, así por no poderlo llevar como por contentarme: que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes. Sentámonos en una valladar y dijo:
-Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad,y es que ambos comamos deste racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partirlo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva.
Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego al segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debería hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba adelante: dos a dos y tres a tres y como podía las comía. Acabado el racimo, sostuvo un poco el escobajo en la mano, y, meneando la cabeza, dijo: -Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has comido las uvas de tres a tres.
-No comí -dije yo-; mas, ¿por qué sospecháis eso?
Respondió el sagacísimo ciego:
-¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas.

Jorge García, curso 13-14










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